Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://gretamdad619402.onesmablog.com/el-cabezazo-de-zidane-causas-ocultas-79554413