Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como https://kallumyxcs103207.onesmablog.com/detalles-inéditos-del-cabezazo-de-zidane-79564564